El Pop Art

 

Popular, pasajero, prescindible, barato, producido en masa, joven, ingenioso, provocativo, con truco, elegante y un gran negocio.

Richard Hamilton, 1957

El pop art surge a finales de 1950 en Inglaterra. Los artistas Richard Hamilton, Eduardo Paolozzi, Alison y Peter Smithson y Nigel Henderson y el crítico Lawrence Alloway fundan el Independent Group. Reunidos en el Institute of Contemporary Arts (ICA), debaten junto con otros artistas acerca de la creciente cultura de masas que ofrece el cine, de la publicidad, el consumismo, los medios de comunicación de la época, el diseño de productos para consumo y las nuevas tecnologías que se originan en Estados Unidos pero que se iban extendiendo por Europa llegando fácilmente al gran público. Deseaban encontrar un arte y una arquitectura que tuviera una acogida popular parecida.

 

 

 

 

En 1956 se organiza una exposición colectiva en la Whitechapel Art Gallery de Londres una exposición colectiva bajo el título “This is Tomorrow” donde Richard Hamilton presenta su collage “Just What is it that makes today´s homes so different, so appealing?”, obra que alcanza la categoría de símbolo y que se convierte en un manifiesto del arte pop británico. En esta obra aparecen un conocido culturista y una elegante “pin up” como la nueva pareja doméstica junto con diversos productos de consumo, motivos y elementos de la cultura popular y de masas.

 

 

 

 

 

 

La siguiente generación de estudiantes del Royal College of Art, Patrick Caulfield, David Hockney y Allen Jones, y el artista americano R.B. Kitaj, también incorporó motivos populares dentro de sus collages y a principios de los años 60 alcanzó gran notoriedad pública.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En Estados Unidos la publicidad había adoptado muchos elementos del arte moderno y funcionaba a un nivel más sofisticado. Por tanto, los artistas de Estados Unidos tenían que bucear más profundo para distanciarse del arte de los materiales comerciales bien diseñados.

 

 

 

El público americano era bombardeado a diario con una gran diversidad de imágenes producidas en masa de una manera agresiva y audaz. La sociedad destacaba principalmente por el consumismo: todo giraba en torno a comprar y vender masivamente.

 

 

 

 

 

Las obras neodadaistas de Jasper Johns, Larry Rivers y Robert Rauschenberg fueron importantes para el grupo de artistas que surgió de Nueva York y que se dio a conocer en numerosas exposiciones durante los años 60, como Billy Al Bengston,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

, Jim Dine,

Robert Indiana,

Alex Katz,

Roy Lichtenstein,

Marisol,

Claes Oldenburg,

James Rosenquist,

George Segal,

Andy Warhol y

Tom Wesselmen.

En esa época aparecen las obras que pronto obtendrían notoriedad internacional: las serigrafias de Marilyn Monroe por Andy Warhol,

 

 

 

 

 

 

 

 

los oleos de tiras de cómic de Lichtenstein,

los grafitti de Keith Haring,

las enormes hamburguesas y cucuruchos de helado de vinilo de Oldenburg,

los desnudos de Wesselmann….

La galería Sidney Janis de Nueva York organizó un gran exposición colectiva con estos “nuevos realistas” agrupados por temas. Sidney Janis era una autoridad en el mundo del arte moderno y gozaba de gran credibilidad entre los coleccionistas importantes, a los que proponía una inversión asegurada.

 

La exposición consagró la obra de este grupo de pintores como el nuevo gran movimiento artístico de transcendencia histórica. La crítica se mostró tanto a favor como en contra del nuevo arte; muchos entendían que era difícil de analizar y encontraban desconcertante la aparente falta de comentario social o crítica política.

En esta época la obra no tenía una denominación clara y seguía recibiendo diferentes nombres: nuevo realismo, arte fáctico, neodadaismo…. Pero no encajaba el término “realista” por tener connotaciones políticas y morales…. y volvieron al término británico “pop art”, que comenzó a utilizarse como un término de bellas artes más que para referirse a la cultura popular y a los medios de comunicación de masas.

 

 

 

 

 

 

 

California, y en especial la ciudad de Los Angeles, fue especialmente receptivo para este nuevo arte, por su tradición artística joven y vanguardista y una población acaudalada ansiosa por coleccionar arte contemporáneo. El museo de arte de Pasadena organizó una muestra con el título “La nueva pintura de los objetos cotidianos”, con obra de Jim Dine, Lichtenstein, Andy Warhol, Edward Ruscha…y algunas galerías se sumaron siguiendo esta iniciativa. Andy Warhol presentó su primera gran exposición en la Ferus Gallery donde se exhibieron cuadros con sopa Cambell.

 

 

 

 

La elevación del arte “inferior”, la herencia cultural estadounidense, los suburbios, los mitos y las realidades del “sueño americano”, los objetos pop, tiras de cómic, productos de consumo, símbolos populares, publicidad, pornografía, fueron identificados y establecidos rápidamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

Como el pop art se había inspirado en el diseño comercial y la cultura popular, se produjo un retorno al diseño de producto, la publicidad, la moda y el diseño de interiores. Dos de los símbolos pop más difundidos fueron diseñados por Milton Glaser, el autoadhesivo de Indiana “I love New York” con un corazón, y su cartel de Dylan de 1.967.

El papel del artista también cambió animado por su creciente relación con la fama y el glamour. Como decía Larry Rivers: “por primera vez en este país, el artista entra en escena. No está solo perdiendo el tiempo en un sótano con algo que posiblemente nadie verá…ahora está en el candelero de la vida pública….” El impacto de este cambio todavía está presente hoy en día.

 

 

 

 

 

 

Las influencias del pop art llegaron también a España igual que al resto de los países de Europa continental, aunque el movimiento no fue unitario. Cabe destacar el Equipo Crónica, nacido en Valencia y formado por los pintores Rafael Solbes, Juan Antonio Toledo y Manolo Valdés. Su obra presentaba una notable influencia del pop art americano utilizando tintas planas y objetos de uso cotidiano como periódicos, deportivos o de sucesos, cajetillas de cigarrillos, o introduciendo elementos actuales sobre icónicas pinturas clásicas.

 

 

 

 

 

 

 

También Eduardo Arroyo experimentó con estas propuestas introduciendo mensajes satíricos y de motivación política.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros pintores destacados en el ambiente artístico español que ofrecen pop art son Alfredo Alcaín

Eduardo Urculo y

Fernando Bellver que tiene una amplia y muy meritoria y reconocida trayectoria de pintura y obra gráfica pop art, en su caso apoyándose en iconos del cómic internacional y del manga japonés.