El Arte Existencialista

Ciertamente solo se ha exigido una cosa a nuestra generación: que sea capaz de hacer frente a la desesperación.

Albert Camus, 1944

El existencialismo es una corriente filosófica y, posteriormente, una vanguardia literaria orientada alrededor de la propia existencia humana a través del análisis de la condición humana, la libertad y la responsabilidad individual, las emociones, así como el significado de la vida. Sostiene que la existencia precede a la esencia y que la realidad es anterior al pensamiento y la voluntad a la inteligencia. Fue la filosofía más extendida de la posguerra en la Europa occidental, y se basaba en la convicción de que el hombre se encuentra solo en el mundo, sin ningún sistema moral o religioso preexistente para apoyarle y guiarle. Kierkegaard, fundador de esta corriente y Nietzsche sentaron las bases para la filosofía existencialista.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los escritores franceses Jean Paul Sartre y Albert Camus fueron dos de los principales intelectuales del periodo de la posguerra. La filosofía existencialista de Sartre se dio a conocer por primera vez en su tratado L´ être et le neant (El ser y la nada) a principios de los años 40, con Paris ocupado, y en los años posteriores le siguió lo que Simone de Beauvoir denominó “la ofensiva existencialista”, una avalancha de libros, obras de teatro, artículos de Sartre, Camus, de Beauvoir, Jean Genet… el existencialismo parecía “autorizarles a aceptar su condición transitoria sin renunciar a una certeza absoluta para hacer frente al horror y al absurdo conservando a su vez su dignidad humana”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La filosofía existencialista muy pronto pasaría a las artes, en especial a la literatura y las artes visuales. Existían lazos muy estrechos entre los escritores (André Malraux, Maurice Merlau-Ponty, Francis Ponge, Samuel Becket…etc.) y los artistas de ese periodo. El lenguaje del existencialismo (autenticidad, angustia, alienación, absurdo, disgusto, transformación, metamorfosis, ansiedad, libertad) se convirtió en el lenguaje de la crítica de arte, del mismo modo que los escritores tradujeron en palabras la experiencia de enfrentarse al mundo.

 

 

 

 

 

El artista, considerado como alguien que continuamente busca nuevas formas de expresión, representa la angustia existencial del hombre; es su estado de ánimo y el pensamiento, y no su estilo, lo que les confiere su aire existencial.

 

 

 

 

 

 

 

 

Las obras de los expresionistas abstractos, los exponentes del art informel y los miembros del CoBrA, del grupo francés Homme-Témoin (el hombre como testimonio), de la británica Kitchen Sink School y del movimiento beat estadounidense en ocasiones se consideran existencialistas, ya fueran abstractos o figurativos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lo mismo ocurría con artistas difíciles de incluir en otros grupos, como los franceses Jean Fautrier, Germaine Richier y Francis Gruber, el Suizo Alberto Giacometti, el holandés Bran van Velde, y los artistas británicos Francis Bacon y Lucien Freud.

 

 

 

 

 

La espectacular atmósfera de las pinturas de Bacon, violenta y claustrofóbica le situó en la vanguardia como uno de los artistas mas angustiado. Asimismo, la atmósfera melancólica de los retratos hiperrealistas de Lucian Freud le situaron en esta línea existencialista.

 

 

 

 

Jean Fautrier realizó su famosa serie de pinturas y esculturas Rehenes mientras estaba escondido en un centro psiquiátrico de las afueras de París durante la guerra, desde donde podía oír los gritos de los prisioneros que eran torturados y ejecutados por los nazis en los bosques de los alrededores, y esta horrible experiencia queda reflejada en sus obras en las que crea superficies estratificadas y resquebrajadas que adquieren la apariencia de carne mutilada con duras imágenes.

 

 

 

 

 

 

 

 

Al mezclar figuración y abstracción resalta tanto el origen humano de las víctimas como el carácter abstracto de los cuerpos encontrados en fosas comunes y de las atrocidades infligidas sobre ellas. Cuando se expusieron por primera vez las obras Rehenes en 1945, causaron un verdadero escándalo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

.Las obras se colgaron en apretadas hileras, lo que se asociaba con las ejecuciones masivas, y algunas estaban tratadas con polvorientos colores pastel, lo que otorgaba una chocante belleza erótica. Malraux, en el prefacio del catálogo de la exposición, consideró la serie como el primer intento de diseccionar el dolor contemporáneo, con sus trágicos ideogramas, forzándole a entrar en el mundo de la eternidad

 

 

 

 

 

 

 

 

También la obra de Germaine Richier desprenden autenticidad (un concepto clave de la filosofía existencialista) y sus esculturas ofrecen contrastes de ánimo, al ser esperanzadoras y pesimistas, imágenes del horror de la guerra o del poder del hombre para superarlo. Sus esculturas podrán aparecer obliteradas o despellejadas, pero conservan cierta dignidad y sentido de la vida como supervivientes, aun reflejando una evidente angustia existencialista.

 

Para muchos intelectuales, Giacometti, un antiguo surrealista, era el prototipo del artista existencialista por su obsesivo trabajo sobre los mismos temas y sus figuras estilizadas y perdidas en amplios espacios abiertos expresan el aislamiento y la lucha del hombre por su supervivencia y la constante necesidad de volver al principio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La angustia y el sufrimiento existencialista y el mito de los artistas existencialista se puso de moda y fue adoptado por la juventud moderna en el París de los años 50 en los cafés, cuevas y bares de jazz de Saint Germain-des-Prés. La moda misérabiliste del grupo de pintores Homme-Témoin, incluidos Bernard Buffet, Bernard Lorjou y Paul Rebeyrolle se hizo popular. Su manifiesto de 1.948 declaraba: “La pintura existe para dar testimonio, y nada humano debe permanecer desconocido para ella”. Bernard Buffet, con sus figuras lineales en austeros y tristes escenarios de la posguerra adquirió gran celebridad en esa época.

 

 

 

 

 

 

 

 

La filosofía existencialista y su influencia en el arte también se extendió al Reino Unido y USA, influenciado por el ensayo de Sartre sobre Giacometti publicado en la primera exposición del artista en la galería Pierre Matisse de Nueva York, titulado “La búsqueda de lo absoluto”, considerado de gran importancia por los críticos ingleses y por artistas como Francis Bacon, Reg Butler, Eduardo Paolozzi y William Turnbull.

 

 

 

 

 

 

 

A finales de los años cincuenta, el existencialismo se había convertido en un fenómeno muy extendido. Muchos artistas “existencialistas” europeos se reunieron con sus homólogos estadounidenses, como el expresionista británico Willem de Kooning, en una exposición organizada por Peter Selz en el Museum of Modern Art de Nueva York. El título de la exposición “Nuevas imágenes del hombre”, indicaba la popularidad del existencialismo como base intelectual para la interpretación del arte visual.

 

 

 

No obstante, en los años sesenta, se consideró que la alienación y el individualismo habían degenerado hacia el egocentrismo, y la visión existencialista del mundo fue desafiada por una nueva generación que aspiraba a crear arte en comunión con los demás y con su entorno, como el neodadaismo, Nouveau Réalisme y arte pop.

En España se podrian considerar con esta tendencia artística los pintores Juan Genovés, Juan Alcalde y el escultor Juan Bordes entre otros artistas.