El Surrealismo

“Lo maravilloso es siempre bello, todo lo maravilloso es bello, de hecho, sólo lo maravilloso es bello.”

André Breton “Que es el surrealismo”, 1934

 

 

Aunque el término “Surrealista” fue utilizado por el escritor y crítico de arte Guillaume Apollinaire en 1.917 para describir aquello que sobrepasaba la realidad, André Bretón lo utilizó con éxito para describir su propia visión del futuro.

 

 

 

 

 

 

En el primer manifiesto del surrealismo, Bretón lo define como “el pensamiento expresado en ausencia de cualquier tipo de control ejercido por la razón, y fuera de toda consideración moral y estética”.

 

 

 

 

 

 

 

 

El manifiesto de Breton se inspira en La interpretación de los sueños de Sigmund Freud, donde se explora la idea de que existe un nivel oculto en la mente humana llamado inconsciente. El Surrealismo pretendía superar esto permitiendo que el subconsciente se expresase a través del arte. De esa forma el automatismo se convirtió en una de las características del Surrealismo, en defensa de la expresión artística sin límites y sin el control de la razón. Para lograr este objetivo, los artistas llegaron a elaborar obras en estados de trance e hipnosis

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Algunos precursores ideológicos de André Bretón fueron Marx, Trotsky y los poetas Comte de Lautréamont y Rimbaud. El marxismo, el psicoanálisis y el ocultismo fueron influyentes para Breton; el artista como un visionario enfrentado a la sociedad.

 

 

 

 

 

En contraste con el caos y la espontaneidad del dadaísmo del que surgió, el Surrealismo fue un movimiento bien organizado y con teorías doctrinarias. El optimismo surrealista creó un contraste con el dadaísmo cuya posición era la negación del arte. El Surrealismo aspiraba a transformar la manera de pensar del artista y de la gente al romper los límites entre el mundo interior y el exterior, el escenario y la mente inconsciente, liberar el subconsciente y reconciliarlo con la conciencia y con los condicionantes de la lógica al cambiar la manera de percibir la realidad objetiva.

 

 

 

 

 

 

 

El Surrealismo ejerció una enorme atracción para muchos artistas y pasó a ser uno de los movimientos artísticos más populares e influyentes del siglo XX. Muchos de los primeros surrealistas, como Max Erns; Man Ray y Jean Arp provenían del dadaísmo…

 

 

 

 

 

 

 

Entre los nuevos miembros se encontraban Antonin Artaud, André Masson, Joan Miró, Yves Tanguy y Pierre Roy. Y más adelante se añadieron nuevos nombres como Tristán Tzara, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Alberto Giacometti, Roberto Matta….. otros artistas permanecieron en el límite del surrealismo, como el belga René Magritte, y otros fueron reivindicados para el surrealismo, fueran o no simpatizantes del movimiento como Pablo Picasso, Marc Chagall y Paul Klee.

 

 

 

 

La determinación de ir más allá de los límites inspirados en las técnicas de los dadaístas fueron un ejemplo para los surrealistas. Pero la influencia intelectual más significativa fue Sigmund Freud. El subconsciente, los sueños y las teorías freudianas fueron utilizados por los surrealistas como repertorios de imágenes reprimidas para explotarlas a voluntad, sobre todo el miedo a la castración, los fetiches y lo misterioso. Gran parte de la obra surrealista, tanto orgánica como onírica, provoca impulsos tan inquietantes como el temor, el deseo y la pulsión erótica.

 

 

 

 

 

Otro proceso de construcción artística alternativo fue el “objet trouvé”, inventado por Marcel Duchamp, una de las principales figuras del Dadaísmo. A esa premisa se le sumó el toque del absurdo, es decir, la superposición de lo improbable y extraño, como el caso de la obra que enlaza una langosta a un teléfono de Salvador Dalí, o el caso de Meret Oppenheim quien cubrió una taza y una cuchara con pelo.

 

 

 

 

 

 

 

Esta forma de construcción artística relacionaba objetos cotidianos que normalmente no tienen nada que ver el uno con el otro, lo que provoca una perturbación del sentido y de esa forma, estimula el inconsciente. Se trataba de la yuxtaposición entre lo familiar (el objeto común) y lo improbable y absurdo, el escenario impuesto al objeto.

 

 

 

 

 

El Surrealismo irrumpe en la escena internacional durante los años 30, y pronto se convierte en un fenómeno conocido mundialmente. A pesar de que sus aspiraciones poéticas y mentales a menudo no fueron comprendidas, sus imágenes supieron captar la atención del público por sus extrañas yuxtaposiciones y su extravagante y onírica imaginería que pronto encuentra réplica en otras manifestaciones artísticas como el cine, los diseños de moda y decoración, el escaparatismo y las artes aplicadas…

 

 

 

 

 

 

 

 

Al estallar la segunda guerra mundial la mayoría de los surrealistas mas representativos estaban en Estados Unidos donde ganaron nuevos adeptos. Y cuando André Breton regresa a Paris después de la guerra se encuentra con que el surrealismo estaba siendo atacado por algunos de sus antiguos miembros como Tzara y por el nuevo líder de la vanguardia europea, Jean-Paul Sartre, mas adherido al existencialismo, quien lo condenaba por su bonito y estúpido optimismo.

 

Las ideas y técnicas surrealistas tuvo influencia en algunos movimientos artísticos de la posguerra, como el “art informel” el “expresionismo abstracto” el “grupo CoBrA”, el “Nouveau realismo” y el “arte de la performance”