Neue Sachlichkeit

Dibujé y pinté a partir de un espíritu de contradicción, intentando convencer en mis obras al mundo de que era horrible, enfermizo y” mentiroso

George Grosz, 1925

 

 

 

 

 

 

 

 

El término Neue Sachlichkeit (Nueva objetividad) fue acuñado en la Kunsthalle de Mannheim por su director Gustav Friedrich Hartlaub para describir la tendencia realista que hizo su aparición en la pintura alemana durante los años 20.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Acuña este término en 1.923 y afirma: “el objetivo es superar las mezquindades estéticas de la forma a través de una nueva objetividad nacida del disgusto hacia la sociedad burguesa de la explotación» o «…lo que aquí estamos mostrando se distingue por las, en sí mismas puramente externas, características de la objetividad con la que los artistas se expresan ellos mismos…».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La exposición de la Neue Sachlichkeit de artistas que habían mantenido y reencontrado su fidelidad hacia la realidad tangible y positiva se celebró en el Museo en 1.925. El idealismo y la utopía asociados al expresionismo alemán (Die Brucke, Der Blaue Reiter y Arbeitsrat für Kunst) se convirtió después de la primera guerra mundial en desilusión y cinismo cuando cuando la política alemana dio un giro hacia la derecha…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mis cuadros son un reproche a Dios por todo lo que hizo mal

Max Beckmann, 1919

 

 

 

 

 

 

Para muchos artistas parecía que las circunstancias exigían un estilo pictórico de corte no idealizado, sino realista y comprometido socialmente. Todo ello formó parte de un movimiento más amplio, la famosa rappel à l´órdre que caracterizó también a los pintores de American Scene y al realismo social de Estados Unidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al igual que el expresionismo, la Neue Sachlichkeit se desarrolla principalmente en las ciudades alemanas: Berlín, Dresde, Koln, Düsseldorf, Hannover y Múnich.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los artistas que abrazaron esta tendencia trabajaron de forma individual al contrario que los expresionistas y otros que formaban grupos afines.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los mas conocidos de esta Nueva Objetividad fueron Max Beckmann, Otto Dix, Kathe Kollwitz,George Grosz, Christian Schad, Conrad Felixmüller y Rudolf Schlichter, cada uno con su propio estilo pero compartiendo muchas temáticas como los horrores de la guerra, la hipocresía social y la decadencia moral, la pobreza y el auge del nazismo en esa época.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El mas veterano, Kollwitz, produjo potentes imagines de los oprimidos a través de aguafuertes y litografías que le granjearon un gran respeto entre la población.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Max Beckmann fue miembro de la secesión en Berlín, y posteriormente un expresionista relevante, pero siempre una figura algo solitaria e independiente. Sus retratos de un simbolismo gótico u expresionistas, con figuras torturadas en escenarios monumentales, transmiten con intensidad el deseo de comunicar valores espirituales al tiempo que una quiebra moral.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La angustia expresionista de la obra de Kollwitz y Beckmann se convierte en un amargo cinismo en los cuadros de Dix y Grosz, cuyo distorsionado realismo resulta salvajemente satírico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sus trabajos, como el libro de aguafuertes La guerra fueron descritos como las declaraciones pacifistas mas poderosas y al mismo tiempo mas desagradables del arte moderno.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los dirigentes políticos y burgueses recibieron un duro tratamiento por parte de Grosz, que se describía a sí mismo como “dirigido por una total misantropía” … sus caricaturas dejaban al desnudo las realidades de una sociedad corrupta y decadente. Siempre fue muy provocativo y polémico, pero a finales de los años veinte su obra se expuso en galerías importantes con gran éxito.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En su búsqueda de la expresión más directa del sentimiento, llegó a copiar los dibujos de las paredes de los urinarios públicos… Antes de la guerra George Grosz fue miembro del dadaismo berlinés y sus dibujos satíricos evocan a menudo los fotomontajes de otros dadaistas, como John Hartfield, así como imágines de los realistas sociales estadounidenses como Ben Shahn.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La subida del nazismo lo cambió todo, tanto para Grosz como para el resto de los miembros de la Neue Sachlichkeit. Su obra fue confiscada y ridiculizada como “arte degenerado” y los artistas fueron desposeidos de sus puestos oficiales y atravesaron momentos difíciles.